En su obra colaborativa, Miguel Angel Salazar y Carlos Iván Hernández hacen referencia a los mitos y especulaciones de la historia natural en relación con la cultura digital, para presentar un ecosistema de lo olvidado y lo obsoleto desplazado por los avances tecnológicos y científicos.

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Pescar aguas profundas es parte de un cuerpo de obra integrado por video y esculturas que derivan de modelos digitales en 3D que surgen de diseños geométricos básicos, que al complejizar resultan en un conjunto de criaturas primigenias, organismos ficticios que entrelazan la cultura digital con narrativas de la historia natural.