De repente estoy aquí

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En 1974 un poeta argentino reparte fotocopias en una cancha de fútbol. Y esto es un acto de protesta.

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Manuel García trabaja a partir del archivo como dispositivo de memoria y conocimiento. Por esto no es fortuito que la obra reunida en De repente estoy aquí se apoye de distintos formatos. Su minuciosa mirada reúne toda la parafernalia necesaria para describir la actividad ficticia de un equipo de fútbol. Entre lo festivo y la protesta se presentan ceniceros con el escudo del equipo, así como el registro de las banderas con textos provocativos utilizadas por la barras bravas para intimidar al contrincante. 

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Los títulos de las pinturas se desprenden de los poemas de Roberto Santoro, quién a través de su poesía retrata un sistema represivo inscrito en una sociedad de hipocresía moral.

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Entendemos como bengala a una varilla con pólvora en uno de sus extremos, que al arder produce chispas y una luz muy viva. A principios del siglo XX un equipo de fútbol se afilió al sindicato de obreros general. Sus denuncias fueron claras, entre ellas la inconformidad en torno a las condiciones laborales precarias. Protestar es un acto de fricción entre dos cuerpos con intereses contradictorios, sin embargo no hay que perder de vista que las chispas generadas en dicho encuentro, producen una luz brillante. 

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Rodrigo Santoscoy